La fotografía española de los últimos años asume la especificidad social y política de España en general y del ámbito fotográfico en particular, el cual se mantenía aislado de la comunidad internacional en la década de los setenta. A pesar de la escasa infraestructura nacional para el desarrollo de la fotografía, la actualización y modernización de la práctica fotográfica arranca principalmente gracias al ímpetu de iniciativas privadas. Así, frente al casi inexistente apoyo oficial, los dos ejes fundamentales sobre los que se asienta la realidad fotográfica española en los años setenta es la autopromoción de los artistas a nivel nacional e internacional y la aparición de espacios, galerías, escuelas y asociaciones que impulsaron la difusión, tanto práctica como teórica, de autores y de obras. Luego de la apertura post franquista, la fotografía española se integró a las tendencias generales de la fotografía contemporánea europea. A lo largo de la historia, el documentalismo ha sido el pilar fundamental de la fotografía española y lo sigue siendo, menos austero, más diversificado, internacionalizado, pero manteniendo una fuerte visión humanista. Entre los fotografos españoles que destacan en la epoca post franquista, entre otros, se pueden señalar, Aleix Plademunt, Bego Antón, Cristina de Middel, Jesús Madriñán, Joan Fontcuberta, Laia Abril, Oscar Monzón, Ricardo Cases, Sebastian Liste y Txema Salvans